sábado, 3 de enero de 2009

Riqueza del lenguaje Castellano.

Un ejemplo de la riqueza del lenguaje castellano es el número de acepciones de una simple palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada referencia a los atributos masculinos: "cojones".

Si va acompañada de un numeral, tiene significados distintos según el número utilizado. Así: "uno" significa "caro o costoso" (valía un cojón), "dos" significa "valentía" (tiene dos cojones), "tres" significa "desprecio" (me importa tres cojones), un número muy grande más "par" significa "dificultad" (lograrlo me costó mil pares de cojones).

El verbo cambia el significado. "Tener" indica "valentía" (aquella persona tiene cojones), aunque con signos exclamativos puede significar "sorpresa" (¡tiene cojones!); "poner" expresa un reto, especialmente si se pone en algunos lugares (puso los cojones encima de la mesa).

También se los utiliza para apostar (me corto los cojones), o para amenazar (te corto los cojones).

El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase. Así: el presente indica "molestia o hastío" (me toca los cojones), el reflexivo significa "vagancia" (se tocaba los cojones), pero el imperativo significa "sorpresa" (¡tócate los cojones!).

Los prefijos y sufijos modulan su significado:

"a-" expresa "miedo" (acojonado),
"des-" significa "cansancio" (descojonado), tambien se refiere a la risa...
"-udo" indica "perfección" (cojonudo), y
"-azo" se refiere a la "indolencia o abulia".

Las preposiciones matizan la expresión.
"De" significa "éxito" (me salió de cojones) o "cantidad" (hacía un frío de cojones),
"por" expresa "voluntariedad" (lo haré por cojones),
"hasta" expresa "límite de aguante" (estoy hasta los cojones),
"con" indica "valor" (era un hombre con cojones) y
"sin", "cobardía" (era un hombre sin cojones).

Es distinto el color, la forma, la simple tersura o el tamaño. El color violeta expresa "frío" (se me quedaron los cojones morados), la forma, "cansancio" (tenía los cojones cuadrados), pero el desgaste implica "experiencia" (tenía los cojones pelados de tanto repetirlo). Es importante el tamaño y la posición (tiene dos cojones grandes y bien plantados); sin embargo hay un tamaño máximo (tiene los cojones como los del caballo de Espartero) que no puede superarse, porque entonces indica "torpeza o vagancia" (le cuelgan, se los pisa, se sienta sobre ellos, e incluso necesita una carretilla para llevarlos). La interjección "¡cojones!" significa "sorpresa", y cuando uno se halla perplejo los solicita (¡manda cojones!). En ese lugar reside la voluntad y de allí surgen las órdenes (me sale de los cojones).

En resumen, será difícil encontrar una palabra, en castellano o en otros idiomas, con mayor número de acepciones.

El último roscon de Reyes?



EFE
ESTRASBURGO (FRANCIA)
Actualizado Martes, 16-12-08 a las 23:11
Una nueva normativa eliminará todos los productos alimenticios en los que haya un juguete dentro que no esté embalado correctamente
El dulce navideño ha evitado su desaparición por no entrar dentro de la definición de juguete que figura en la directiva

Se mantiene la tradición, aunque de milagro: quien encuentre la sorpresa será coronado rey de la casa y a quien le toque el haba será castigado a pagar el roscón. Una directiva sobre seguridad en los juguetes que el Parlamento Europeo votará mañana ha estado a punto de atragantarnos el desayuno del día de Reyes.
La norma prohíbe vender alimentos que contengan juguetes no embalados en su interior. Es el caso de muchos roscones de Navidad que contienen una figurita, casi siempre sin ningún tipo de protección, escondida entre la masa. Pero lo que ha conseguido salvar de su extinción a este bollo que ya se tomaba en época de los romanos no es la cantidad de vitaminas y minerales que contienen las habas, sino que la 'sorpresita', mejor o peor protegida, no entra dentro de la definición de juguete peligroso que establece la Eurocámara.
La clave del embalaje 'salva' también a los conocidos huevos de chocolate que contienen una pequeña sorpresa, pues ésta va protegida por una cápsula de plástico, algo que no ocurre habitualmente con las figuritas de los roscones.
Claro que un niño podría acabar en Urgencias si se le atraviesa el regalo del roscón de Reyes, pero también es verdad que, más que comer, observamos quién muerde el rey y quién el haba. Las que sí están condenadas a desaparecer son algunos tipos de piruletas de venta en Europa que llevan una pequeña lámpara en su interior a la que sólo se puede acceder después de comer el caramelo.
La nueva directiva tiene por objetivo mejorar la seguridad de los niños y, una vez que reciba esta semana el respaldo del pleno del Parlamento Europeo, prohibirá el uso en los juguetes ciertas sustancias químicas y metales pesados.

Toda cautela es necesaria... pero esto me parece una exageración, una pasada!!!